“Cuando el bienestar procede del empleo de nuestras fortalezas y virtudes, nuestras vidas quedan imbuidas de autenticidad", Martin Seligman.

El desarrollo y el cultivo de las fortalezas y de las virtudes sirven para amortiguar la desgracia y los trastornos psicológicos y aumentan considerablemente la capacidad de recuperación porque tenemos más fuerza para enfrentarnos a cualquier tipo de adversidad. Ante una misma situación hay diferentes formas de enfrentarse a ella: aunque la situación no se pueda cambiar, sí se puede elegir cómo relacionarse con ella.
Cuando nuestras experiencias provocan emociones positivas, las emociones negativas desaparecen generalmente.
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