A veces, el ritmo de la vida, empieza a ir tan rápido que se nos escapa por completo: entonces, es cuando debemos parar por completo, cerrar los ojos y respirar lenta y profundamente varias veces.
No hagas nada, sentate tranquilamente sin hacer nada durante diez minutos. Concéntrate en los sonidos del entorno, en tus emociones y en una imagen que te agrade o reite con ganas: intenta recordar algo divertido, como una historieta, un chiste o un momento.
Tomate este tiempito para vos. Descubre la magia de ese momento. guardatelo en un lugar de tu cuerpo. y cuando creas que estás a punto de explotar, trata de traer a la momoria este pensamiento
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