martes, 1 de marzo de 2011

LA POSTERGACION

Cuántas veces nos hemos reprochado el no haber hecho o comenzado antes, tareas que sabíamos eran importantes y teníamos que hacer?

¿Cuántas veces hemos estado molestos con nosotros mismos, porque a causa de nuestra pereza ahora tenemos que hacer las cosas apurados a último momento?
El postergar es en sí un engaño a nosotros mismos que en definitiva termina siendo una agresión. El posponer interminablemente, implica un gran desgaste que puede, según vaya progresando la situación, llevar a sentir culpa, una gran angustia o incluso a la depresión.
Por lo general, tendemos más a postergar aquellas cosas que nosotros mismos decimos que queremos hacer, que aquellas que otras personas nos ordenan que hagamos.
Las actitudes que más barreras nos ponemos para actuar son: la autocrítica desmedida, el fijar objetivos irracionalmente perfectos o las dificultades en la concentración.

Para avanzar hacia las metas importantes que queremos alcanzar en nuestras vidas, es preciso comprender que en el camino nos encontraremos con algunas frustraciones, de las cuales podremos aprender para seguir adelante. Deberíamos distinguir las cosas importantes de las urgentes, somos nosotros quienes les damos a ciertas cosas el carácter de urgente para evadirnos de aquellas importantes.
Al decidir tomar una estrategia trazada en base a objetivos pequeños e ir avanzando paso a paso, intenta no dejarte llevar por dudas en cuanto a tus habilidades para conseguirlo, sólo focalízate en lo que estás haciendo hoy, aquí y ahora en dirección a ello. deja de lado la energía psíquica de los aspectos que nos resultan negativos, poniendo el énfasis en predisponernos para la acción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario