miércoles, 1 de junio de 2011

EL OTOÑO

Los días se van achicando, el frío empieza a cobrar protagonismo, las energías están “en baja”, la voluntad va decayendo y comienza a abrirse un terreno fértil para que surjan las excusas. Que representan las excusas? Según el diccionario de la Real Academia significa: Razón o argumento con que se justifica un determinado comportamiento. Entonces, la lista de las excusas es infinita, tenemos de todos los gustos y colores, perfectamente delineadas a gusto del consumidor, somos mucho más creativos ideando pretextos que ideando planes para obtener lo que deseamos.

En nuestra mente vamos creando posibles escenarios de todas las razones por las cuales es tan inteligente quedarnos con los brazos cruzados, hacemos un trabajo mental exhaustivo y todo permanece en el plano del pensamiento.

¿Qué posibles actitudes podríamos implementar para tratar de revertir esta situación? Empezar a “entrenar” nuestra voluntad. Esta facultad que nos impulsa a poner en acto, aquello que se encuentra en el plano del pensamiento.
Para poder entrenar esta fuerza de voluntad tenemos que tener en cuenta tres elementos:
1) Desear: desear algo desde lo más profundo del corazón, con toda la energía, va mucho mas allá saber lo que se quiere

2) Esperar: no es sentarse a ver que pasa, que las cosas caigan del cielo mágicamente, sino que es ir en busca de esa meta propuesta y cuando ésta se concrete estar preparado para ello.

3) Creer: creer que llegara el momento, creer, que aquello que anhelamos es perfectamente posible y tangible.
Entrenar la fuerza de Voluntad no es un asunto imposible, pero tampoco es como tomarse la “pastillita” y esperar los efectos. Hay que esforzarse. Proponerse mínimos cambios en nuestra rutina diaria, que no generen esfuerzo alguno. Cuando nuestra meta es demasiado exigente, lo más probable es que tiremos la toalla al primer traspié.

Nuestros encuentros están pensados, para que aquellos que concurran, puedan explorar-se, contactarse, amigarse, divertirse, imaginarse, a través de diferentes dinámicas, donde jugaremos, pensaremos, opinaremos, entraremos en contacto con la naturaleza, a través de una hermosa arboleda cambiante de colores y de formas según la época del año, el sonido de los pájaros, etc. Los días de lluvia también nos encontramos, es un pretexto ideal para compartir un rico café, té o simplemente muta compañía. Nuestro objetivo es tratar de brindar a través de esta actividad bienestar emocional y físico, en un clima de respeto, comprensión y empatía.

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